Devolver Guantánamo e indemnizar a Cuba

El presidente Obama inició un cambio histórico cuando decidió en diciembre comenzar a normalizar las relaciones con Cuba

(Por Manuel E. Yepe / Granma)

La demanda de compensación proveniente de un estado soberano que negocia la normalización de sus relaciones con Estados Unidos ayudará a que crezca la comprensión de la extensa deuda que tiene Washington en el mundo por sus atropellos, manifiesta el escritor y columnista Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigaciones Económicas y Po­lí­ticas (CEPR, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, en un artí­culo aparecido el 13 de octubre en el Philadelphia Inquirer.

También es bueno que haya salido a relucir la situación de la de Estados Unidos en Guantánamo que ilegalmente mantiene desde hace más de un siglo en el oriente de la Isla y la devolución a Cuba del territorio que esta ocupa, considera Weisbrot.

El presidente Obama inició un cambio histórico cuando decidió en diciembre comenzar a normalizar las relaciones con Cuba. Era el reconocimiento del fracaso de más de medio siglo tratando de derrocar al gobierno cubano con invasiones, intentos de asesinatos, bloqueo económico y otras vilezas.

Fue también una concesión a la mayorí­a de los gobiernos del hemisferio, que habían hecho saber a Washington en el 2012 que, sin Cuba, no habría nuevas Cumbres de las Américas porque, si así fuera, se abstendrí­an ellos de participar.

Sin embargo, aún Estados Unidos no ha considerado necesario hacer cambios en sus objetivos respecto a Cuba, lo que se constata en varias declaraciones oficiales indicando que el propósito de normalizar las relaciones y expandir el con Cuba es el mismo de antes, cambiar el régimen (regime change) lo que por otros medios.

No obstante, no hay dudas de que se trata de un gran paso adelante, apunta Weisbrot. Washington llevaba décadas aislado en su polí­tica exterior por el bloqueo a Cuba, con reiteradas votaciones en su contra en la Asamblea General de las Naciones Unidas. En la votación más reciente, el pasado año, el resultado fue de 188 a 2, con solo Israel votando junto a Estados Unidos.

Recientemente el gobierno cubano reiteró su posición de que para que las relaciones puedan ser normales, Estados Unidos no solo debe terminar el bloqueo, debe también compensar a Cuba por los daños que este ha causado a la Isla y su pueblo durante los últimos 54 años.

El Presidente Raúl Castro recordó además a Washington que, en aras de la normalización de relaciones, la ilegal base militar convertida en prisión que mantiene en la bahía de Guantánamo debe retirarse y el territorio que ocupa devuelto a Cuba.

Según Weisbrot, son solicitudes enteramente razonables, dado que Estados Unidos, siendo la fuerza ocupante de la Isla a inicios del siglo XX, forzó a Cuba a que le concediera permiso para establecer la base militar en 1903, como una de las condiciones sine-qua-non para acceder a su independencia.

Agréguese —señala Weisbrot— que aún sin tomar en cuenta la manera en que se originó el arriendo del territorio para la base, este fue otorgado para una y estación carbonera, no para una prisión. Es como si alguien, violando los términos de un arriendo, alquilara un apartamento y lo utilizara para vender drogas ilícitas.

Y Guantánamo es hoy una ofensa aún mayor para los cubanos, convertida en una prisión notoria por las torturas y otros abusos a prisioneros, la mayoría de ellos declarados no imputables, o sin pruebas contra ellos que permitan su procesamiento.

La demanda cubana de reparaciones es igualmente sensible. El bloqueo de 54 años ha causado a Cuba cientos de millones de dólares de daños, escaseces de alimentos y medicinas, barreras a la inversión extranjera y carencias infraestructurales hasta de agua limpia.

Es difícil calcular los daños del bloqueo a Cuba, aunque se sabe que multiplican muchas veces el monto total de las reclamaciones de los negocios e individuos estadounidenses que perdieron propiedades en Cuba por efecto de la revolución social.

Weisbrot opina que será difícil que Washington reconozca su deuda a los cubanos por los crímenes contra la Isla, porque teme abrir compuertas a las demandas de tantos países en los que el gobierno de Estados Unidos ha contribuido al sacrificio masivo de personas y a la destrucción de sus riquezas materiales.

Bill Clinton es el único presidente moderno de Estados Unidos que ha expresado pesar por los crímenes de su país contra otras naciones. Fue él quien pidió perdón a Guatemala por el papel de Estados Unidos en el prolongado a cargo de dictaduras militares que tiranizaron ese país desde la década de 1950 hasta la de 1980. Esta declaración de Clinton ha sido prácticamente ignorada.

Fuente: Granma


 

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