(Por Rolando Sarmiento Ricart / Radio Cadena Agramonte)

Una vez escuché un cuento sádico sobre los sacrificios romanos, donde los esclavos eran enterrados hasta el cuello en la arena del coliseo, sin apenas poder moverse, y luego soltaban al ruedo feroces leones para que los devorasen. Una de las víctimas, sin más defensa que sus dientes le lanzó un mordisco al felino y entonces, desde la tribuna imperial le gritaron: ¡Pelea limpio, pelea limpio!

El presidente Barack Obama declaró fallida la política estadounidense de aislar y asfixiar a Cuba, y reconoció —con ese pragmatismo norteamericano de decir y no decir las cosas por su verdadero nombre— que el “embargo” era desacertado, obsoleto… y aceptó dialogar con la islita asediada. Por su parte, el mandatario cubano Raúl Castro Ruz, puso siempre los puntos sobre las íes: el diálogo estará sustentado en el respeto soberano de ambos países,  el levantamiento definitivo del bloqueo y la devolución del territorio de Guantánamo donde permanece activa una base militar en contra de la voluntad popular, devenida, además, cárcel mundial de torturas a prisioneros indocumentados.

A  pesar de los discretos avances diplomáticos y de la apertura de embajadas en La Habana y Washington, el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba permanece, no intacto, sino peor que en los últimos años de más de  medio siglo de ensañamiento; sin embargo, el martes 27 del actual octubre sufrió en la ONU su mayor derrota universal: 191 países votaron a favor de la Resolución presentada por nuestro país, cero abstenciones, y  solo dos votos en contra, enfermizos, pero de alto contagio bélico: Estados Unidos y su lacayo Israel.

Tras el contundente y actualizado informe del canciller Bruno Rodríguez Parrilla, en el cual se incluyen hasta los discretos resultados de las conversaciones USA-Cuba y las más recientes embestidas del bloqueo, el diplomático  norteamericano Ronald Godard, criticó el derecho cubano porque, según él, después de los “avances” del referido proceso, los cubanos se abstendrían de persistir en el fin  del bloqueo, y en tono arrogante manifestó: “Si Cuba cree que este ejercicio va a ayudar a que las cosas avancen en la dirección que los dos gobiernos han indicado que esperan, está equivocado.”

El citado personaje del NO rojo en las históricas votaciones remató en el Nuevo Herald de Miami, donde tímidamente se publicó en apenas dos líneas el estruendoso sufragio  de 191 naciones contra dos, que no esperaban que Cuba y EE.UU. olviden el pasado de un día para otro… requerirá años de insistencia y dedicación de ambas partes, dijo Ronald Godard.

Para las viejas y medianas generaciones de cubanos no hay noticia ni amenazas nuevas; para los niños y jóvenes que aman la libertad de Cuba y siempre quisieron ser como el Che, sigue vigente aquella máxima del ejemplar revolucionario: “No se puede confiar en el Imperialismo, pero ni tantito así.”

Fuente: Radio Cadena Agramonte / Imagen: RHC

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