Cruje el Brasil de Temer

(Por Fernando Vicente Prieto)

El 24 de mayo sintetizó buena parte de la crisis política de Brasil. Represión en Brasilia, asesinatos de campesinos en Pará, privatización de la Amazonía y los militares a la calle.

En Brasilia se movilizaron más de 150 mil personas exigiendo el fin del golpe de Estado: “Diretas Ja!” para reemplazar a Temer. También repudiaron las políticas neoliberales. Ya fueron aprobadas una enmienda constitucional para limitar el gasto público por 20 años y una ley de tercerización. Además, se encuentran en trámite parlamentario proyectos de reforma previsional y de reforma laboral.

La marcha, replicada en otras ciudades, fue duramente reprimida al llegar frente al Congreso Nacional. Durante tres horas, la Policía militar, de carácter estadal, arrojó perdigones y gases lacrimógenos contra los manifestantes. Se registraron incendios en los ministerios de Agricultura y Hacienda y hasta la noche del miércoles, los reportes desde Brasilia hablaban de 49 heridos y siete detenidos.

En este contexto, Michel Temer autorizó “el empleo de las Fuerzas Armadas para garantía de la Ley y el Orden”. Por la noche, los  edificios de los poderes públicos se encontraban rodeados por fuerzas militares federales. Aunque la orden firmada tenía vigencia hasta fin de mes, este jueves 25 dio marcha atrás, al considerar “reestablecida la ley y el orden”.

Diez asesinatos en Pará

El mismo día, la Comisión Pastoral de la Tierra informó sobre el asesinato de nueve hombres y una mujer, en el desalojo por parte de la Policía Civil y Militar de una ocupación en la hacienda Santa Lúcia, ubicada en el municipio de Pau D’Arco, en el estado de Pará, al norte de Brasil.

De acuerdo a lo informado por Brasil de Fato, Paulo Oliveira, integrante de la Liga de los Campesinos Pobres (LCP-PA), afirmó que entre los fallecidos se encuentra la presidenta de la Asociación de los Trabajadores y Trabajadoras Rurales de Pau D’Arco. Oliveira señaló también que la hacienda Santa Lucía fue apropiada ilegalmente por quienes se reivindican sus dueños, la familia Babinsk, quienes pidieron la actuación de la fuerza policial a su favor.

Con estas muertes, ascienden a 36 las personas asesinadas en conflictos en torno a la tierra en lo que va de 2017. El año pasado fueron 61, registrando un crecimiento del 22% respecto a 2015 y siendo el mayor número de casos desde 2003.

Privatizar más tierra pública

En Brasilia, luego de la represión -y aprovechando la ausencia de la oposición que se retiró de la sala repudiando el decreto de empleo de las Fuerzas Armadas-, la Cámara de Diputados aprobó la Medida Provisoria (MP) 759, una reforma a la regulación de tierras urbanas y rurales.

La medida es interpretada por los movimientos sociales como un paso para acelerar la privatización de tierras públicas, entre ellas de la Amazonía. También para obstaculizar la reforma agraria, perjudicando a las familias sin tierra en beneficio de los latifundistas.

Cuánto tiempo más llevará

El gobierno de Temer se encuentra en un deterioro general que tiende a agravarse a cada hora. A la impopularidad que tuvo desde el primer día del golpe, cabe agregar el efecto del ajuste sobre la economía de la población.

Esto da base para un grado mayor de movilización: en el último mes se realizó la huelga general más grande de la historia del país (el 28 de abril) y en torno a esa fecha, movilizaciones importantes que precedieron al #OcupaBrasilia del 24 de mayo.

Pocas semanas después de la huelga, la difusión de los audios por parte de O Globo complicó aún más la situación judicial de Temer y terminó de empantanar el plano político, con aliados políticos y económicos que -como el propio grupo de medios- le sueltan la mano y apuestan a un recambio por vía indirecta. A todos preocupa el reclamo creciente por elecciones directas, que tiene a Lula en primera línea de largada y a la derecha sin un candidato con buenas perspectivas electorales, que pueda unificar a las fuerzas conservadoras.

La represión y la utilización de las fuerza armadas no parece haber surtido efecto entre quienes reclaman “Directas Ja!”. En las próximas horas se esperan nuevas movilizaciones y no se descarta un paro por 48 horas.

En el plano internacional, Temer conserva como aliados a los gobiernos derechistas del continente, pero los últimos sucesos golpean aún más su imagen y de paso, pueden complicar la estrategia de EE.UU. en la región, si afloran las contradicciones.

Dos días antes de la sesión de la OEA del mismo miércoles 24, la delegación de Ecuador pidió tratar la situación en Brasil, pero el bloque de países alineados con Washington lo evitó, diferenciándolo de Venezuela.

¿Brasil es Venezuela?

La polémica planteada en la OEA sobre el tratamiento de la situación en Brasil es una chicana, pero abre paso a comparaciones inevitables.

Para la delegación argentina en la OEA, encabezada por Juan José Arcuri, “la democracia brasileña y sus instituciones no están en peligro”. Esta posición está en línea con el aval de Macri al golpe parlamentario contra Dilma Rousseff. Implica el reconocimiento y apoyo a un presidente que no fue electo por el voto popular, sino por un Parlamento que intervino sobre el Ejecutivo.

Un planteo similar al argentino expresaron los representantes de EE.UU., Canadá, Colombia, Chile y Paraguay, entre otros. Así impidieron que el tema ingrese en el orden del día.

Para el secretario general de la OEA, Luis Almagro, la situación en Brasil directamente no merece comentarios. Al cierre de este artículo, en la noche del 24 de mayo, su Twitter seguía ocupado casi por entero por Venezuela.

Por acción u omisión, todos estos actores consideran legítimo que Michel Temer sostenga su gobierno bajo la represión, aún cuando no existan grupos de choque violentos que ataquen masivamente a la población o a las fuerzas de seguridad. En cambio, justifican que en Venezuela los partidos políticos de oposición desarrollen protestas violentas -que incluyen hasta asesinatos de integrantes de fuerzas de seguridad- con el objetivo explícito de derrocar al gobierno, aunque en este caso sí fue electo por voto popular y tiene fecha de finalización en 2019.

Fuera de lo exclusivamente institucional, es importante considerar el grado de apoyo popular en cada caso. Y allí, nuevamente, la paradoja.

En el el lugar donde según los medios privados de comunicación pasa lo peor del mundo y “el pueblo resiste una dictadura”, miles de personas se movilizan en apoyo al gobierno de Nicolás Maduro, como lo mostraron marchas como la del 19 de abril y otras posteriores. Las protestas más violentas frente a la llamada “crisis humanitaria” se desarrollan en las urbanizaciones de mayores ingresos. Y es en los barrios populares donde más se respalda al chavismo.

A diferencia de lo que sucede en Venezuela, en Brasil nadie se moviliza por Michel Temer.

Fuente: Notas


 

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