El Che Guevara y sus consideraciones sobre la actitud ante el trabajo

(Por Víctor Pérez Galdós / Radio Rebelde)

El Comandante Ernesto Che Guevara le dio una trascendental importancia a la actitud que debía asumir un revolucionario ante el trabajo para poder contribuir a alcanzar éxitos, a escala de toda la sociedad, en la construcción del socialismo.

El Che planteó que era necesario que los trabajadores comprendieran a cabalidad su tarea como verdaderos creadores de la riqueza del país y también señaló que resultaba importante que estuvieran conscientes que eran los dueños de la producción y, por tanto, laboraban para beneficio de ellos y de toda la sociedad en su conjunto.

Precisamente el Che señaló que la construcción de la sociedad socialista está basada en el trabajo de las masas, y en relación con esto aseveró que “nuestra tarea tiene dos caras, la de la heroicidad pura y la del sacrificio en el trabajo día tras día.”

Para el Che resultaba importante no sólo la realización de determinadas hazañas ante la defensa del país, o en circunstancias específicas, sino que también era decisiva la batalla cotidiana que debía llevarse a cabo, en forma constante, en lo que respecta al mantenimiento y elevación de la producción y la productividad.

El Che expuso que una Revolución como la cubana, hecha por voluntad del pueblo y para el pueblo no podía avanzar si no contaba con el apoyo del pueblo.

Resaltó que era necesario que en cada momento de sacrificio se supiera el por qué de dicho sacrificio y alertó que el camino del bienestar colectivo no resultaba fácil, más bien era un camino sumamente difícil.

El 28 de marzo de 1961 al intervenir en Santa Clara en el Primer Encuentro Nacional azucarero el Che tras explicar que para enfrentar cabalmente las acciones del imperialismo norteamericano constituía una necesidad aumentar la conciencia revolucionaria del pueblo, garantizar su unidad y además de poner los fusiles por delante ante cualquier intento de agresión, era imprescindible que había que poner “todos los días el hombro en el trabajo, mejorando las formas de organización y produciendo más.”

Y precisó: “En esa forma es como se logra la verdadera victoria, la definitiva, y que no está a la puerta de la esquina, que no es la de mañana ni la de pasado, es la victoria de años y larga lucha que tendrá que afrontar el pueblo.”

También el 30 de abril al ofrecer una conferencia en la televisión para inaugurar el VII ciclo Economía y Planificación, el Che aseguró: “La construcción del país es el producto del trabajo y de todas las horas del día, y de una pasión puesta en esa construcción; por eso hay que sentir eso que se está haciendo. No se puede construir un país en una obra de laboratorio, fría, analítica. Se construye con la fuerza del pueblo, uniéndose al pueblo.”

El Che volvió a tratar acerca de la importancia del trabajo así como de la lucha por el aumento de la producción y la productividad, al hablar el 22 de junio en el acto de entrega de premios a los obreros más destacados en la producción: “Debemos concentrar nuestros esfuerzos en el aumento de la producción y la productividad; si importante es ganar la batalla en el campo militar, frente a las agresiones imperialistas, igualmente para la Revolución es ganar la batalla de la producción.”

En ese año 1961, el 29 de octubre, el Che en la inauguración de la planta de sulfometales en Santa Lucía, en la provincia de Pinar del Río, hizo un llamado a sus trabajadores a mantener una actitud de vanguardia y acerca de ello, resaltó: “Nosotros, revolucionarios, debemos dar en cada momento de nuestra vida todo lo que sea posible en beneficio del trabajo fecundo, en beneficio de la revolución que avanza, en beneficio del pueblo, que es todo uno que está al lado nuestro, que está luchando con nosotros hacia el porvenir.”

Varios meses después, en un acto efectuado el 11 de enero de 1963, al entregar el certificado de trabajo comunista a 170 trabajadores que habían acumulado más de 240 horas de trabajo voluntario en el segundo semestre de 1962, el Che felicitó a dichos obreros, pero sobre todo los exhortó a trasmitir ese espíritu al resto de sus compañeros de labor.

Enfatizó: “Y ese es el espíritu que ustedes están llamados a contagiar a todos los que están cerca de ustedes: el espíritu de ponerle pies, alas, cualquier cosa a todo; el espíritu de volar en la producción, el espíritu de ir hacia delante, rompiendo todos los obstáculos, barriendo con todo lo que se oponga al cumplimiento del deber social.”

Tanto en la realización de grandes hazañas durante la lucha de liberación nacional, como en el trabajo cotidiano en el cumplimiento de las responsabilidades que se le encomendaron, el Che fue un gran ejemplo.

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En correspondencia plena con lo que fuera capaz de pensar y decir, el Che actuó en forma consecuente.

No sólo a través de discursos ó en las visitas que solía realizara con frecuencia a centros de producción, sino sobre todo con la fuerza que emanaba de su actitud y quehacer cotidianos el Comandante Ernesto Che Guevara puso de manifiesto la significativa importancia que le concedió al trabajo y la labor de los trabajadores.

Se preocupó, además, por la lucha por la calidad. Por ejemplo con respecto a ello trató en el discurso que pronunció en la inauguración de la fábrica de galletas “Albert Kunts, en La Habana, el 3 de enero de 1962. Manifestó que muy importante era luchar porque la calidad de productos fuese de las mejores y resaltó: “Nosotros debemos pensar cada día que trabajamos aquí, que estamos produciendo para que consuma nuestro pueblo, que es como decir: nuestros hermanos, nuestros padres ó nuestros hijos, todo el pueblo de Cuba. Por lo tanto la lucha por la calidad del producto es una lucha revolucionaria y de vanguardia.”

El Che también aprovechó su participación en asambleas y otros encuentros con trabajadores para exponer otras consideraciones en lo referido a la nueva actitud que debía asumirse ante el trabajo y el cumplimiento del deber social.

Al intervenir el 6 de enero de 1962 en la asamblea general de los trabajadores portuarios celebrada en el Espigón número uno “Margarito Iglesias”, en La Habana, expresó que la tarea de la producción y de la construcción del país requería del esfuerzo de todos.

Y también le planteó a los trabajadores: “Eso es lo que nosotros tenemos que lograr, compañeros: la conciencia de nuestros deberes, el olvidarnos un poco de nosotros mismos, olvidarnos de nuestro pequeño círculo, y trabajar y rendir más por todos los que esperan de nosotros.”

El Che igualmente expuso en otra ocasión que el trabajo sería lo que crearía las riquezas y que “el trabajo debe ser tomado por todos como el deber fundamental.”

El Che, además, detalló en otro de sus discursos, exactamente el 11 de enero de 1964, que la actitud de un revolucionario frente a la vida es mostrar con el ejemplo “el camino que hay que seguir, es llegar a las masas con el propio ejemplo, cualesquiera que sean las dificultades del camino por vencer.”

Consecuente con lo que fuera capaz de proclamar actuó el Che como activo constructor de la sociedad socialista en Cuba.

Fuente: Radio Rebelde


 

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