Es hora de cambiar las medidas contra Cuba, señala The New York Times

Congresista asegura que el fin del bloqueo traería beneficios a la seguridad nacional de Estados Unidos

(Por Granma)

WASHINGTON.—Las medidas aplicadas contra Cuba por diferentes gobiernos estadounidenses permanecen congeladas en el tiempo y es hora de cambiarlas, señala un editorial del diario The New York Times.

El artículo de la junta editorial del Times titulado Creciente impulso para derogar embargo a Cuba (Growing Momentum to Repeal Cuban Embargo) plantea que, durante décadas, los presidentes y los legisladores estadounidenses endurecieron y a veces aflojaron el bloqueo, reporta PL.
Sin embargo, sostiene, las leyes y reglamentos promulgados en un fallido intento de cambiar el curso de la historia de los cubanos a través de medios coercitivos permanecen en gran parte congelados en el tiempo.

Subraya que, con el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, una mayoría significativa de estadounidenses y la inmensa mayoría de los cubanos quieren derogar el bloqueo. Es hora de que el Congreso ayude a cambiar la política hacia Cuba, acentúa el artículo.

Comenta al respecto que un número creciente de legisladores de ambos partidos dieron pasos prometedores en esa dirección en las últimas semanas.

En ese sentido, Tom Emmer, republicano de Minnesota; y Kathy Castor, demócrata de Florida, presentaron un proyecto de ley en la Cámara de Representantes la semana pasada para que se levante el bloqueo.

El Times destaca que a principios del mes pasado el Comité de Asignaciones del aprobó una enmienda que permitiría viajar a Cuba a los ciudadanos estadounidenses y otros alivios al comercio.

Manifiesta que pese a las acciones ejecutivas de la administración del presidente Barack Obama, Cuba enfrenta las más rígidas sanciones estadounidenses y es el único país del mundo al que los ciudadanos estadounidenses tienen prohibido viajar como turistas.

Esa prohibición de viaje pone a compañías del sector, como Marriott International, en una desventaja irrazonable, según dijo Arne Sorenson, director ejecutivo de la firma, quien recientemente visitó la Isla y pudo constatar que las empresas estadounidenses serán relegadas en el mercado cubano frente a otras extranjeras.

Al criticar la negativa posición de legisladores cubanoamericanos, el periódico llama a otros parlamentarios a considerar el dramático cambio en la opinión pública estadounidense.

En esa dirección, cita una encuesta del Pew Research Center pu­blicada el 21 de julio, la cual mostró que el 72 % de los estadounidenses apoyan el fin del bloqueo contra Cuba, frente al 66 % en enero.

Asimismo precisa que los demócratas apoyan el esfuerzo de Obama para normalizar las relaciones entre ambos países por un margen más amplio que los republicanos, aunque el apoyo entre estos últimos aumentó.

La encuesta encontró que el 55 % de los republicanos conservadores favorecen el fin al bloqueo, frente a 40 % en enero.

La pesquisa planteó que el 34 % de los potenciales votantes latinos favorecería un candidato que dé continuidad a la política de Obama, mientras que el 14 % dijo lo contrario.

Por otra parte, entre los cubanoamericanos, el 40 % manifestó que apoyaría a un candidato que favorece la normalización de las relaciones, mientras que el 26 % se pronunció en contra.

Fin del bloqueo beneficiará seguridad nacional estadounidense, asegura congresista

Levantar el bloqueo a Cuba ayudaría a la seguridad nacional de Estados Unidos, aseguró Tom Emmer, el congresista republicano que hace poco presentó un proyecto de ley en la Cámara de Representantes para eliminar una parte de las sanciones económicas contra la Isla.

En el espacio Ask Tom (Pregúntale a Tom) de su canal oficial de Youtube, Emmer explicó que cuando los países negocian y hay prosperidad en el ambiente, existen muchas menos posibilidades de conflicto entre ellos.

El congresista por Minnesota explicó que esas ventajas estratégicas, sumadas a los beneficios que traería el para ambos países, en especial para su estado, lo motivó a presentar el pasado 28 de julio un proyecto de ley que levantaría una parte del bloqueo impuesto a Cuba hace más de medio siglo.

La “Ley del con Cuba 2015” pretende eliminar las actuales restricciones sobre las empresas estadounidenses para comerciar con sus pares cubanos, así como las prohibiciones para que los ciudadanos norteamericanos viajen a la Isla.

El proyecto está copatrocinado por la demócrata Katy Castor y tiene una contraparte en el auspiciada por la también demócrata Amy Klobuchar.

En el campo de los negocios, Emmer recordó que su estado lleva décadas comerciando con Cuba. Los hombres de negocio de Minnesota fueron de los primeros en entrar al país tras la decisión de relajar las restricciones al agrícola que tomó la administración norteamericana en el 2001.

En ese sentido,  destacó el potencial de Cuba, una nación de 11 millones de habitantes que importa cerca del 80 % de la comida que consume.

El congresista republicano se quejó de que los demócratas “carguen con la antorcha” en el tema Cuba.  “Esto va a pasar, el embargo (bloqueo) caerá en algún punto”, añadió y aseguró que los republicanos no deben quedarse inmóviles a observar.

“Los republicanos necesitan una silla en la mesa de negociaciones y necesitan ser escuchados”.

Emmer se desmarcó de la contraparte de su proyecto de ley en el Senado y señaló sus diferencias.

La propuesta de Klobuchar en la Cámara alta no descarta la participación de fondos públicos en el acercamiento con Cuba, pero el proyecto republicano en la Cámara baja específicamente prohíbe la utilización de fondos gubernamentales, dijo.

Lo único que hay que hacer es dejar al sector privado y a las personas que “hagan lo que saben hacer”, añadió.

Según Emmer, el gobierno cubano considera que puede acceder a los beneficios del libre mercado capitalista y mantener su sistema socialista, pero una vez que las personas “experimenten la libertad de tomar sus propias decisiones y crear sus propias oportunidades”, no podrán controlarlo. “Así es como ayudas al pueblo cubano”, dijo en referencia a la posición estadounidense de cambiar los métodos, pero no los objetivos.

Fuente: Granma


 

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