Elecciones en Cuba: la Revolución continúa

(Por Anahí Rubín)

El 11 de marzo, el pueblo cubano salió masivamente a los centros de votación. No era una elección más, por primera vez se eligió un nuevo presidente. Ni Fidel ni ocuparían ya la presidencia del país en la isla caribeña.

La Asamblea Nacional del Poder Popular eligió por 603 votos de los 604 posibles, el equivalente al 99,83 por ciento, a Miguel Díaz Canel Bermúdez como presidente. Aunque era uno de los candidatos que sonaban con más fuerza, hubo que esperar a que los delegados del pueblo decidieran. Díaz Canel no es un desconocido ni recién llegado a la política cubana: militante y dirigente de la Unión de Juventudes Comunistas en Villa Clara, repitió la misma función en el Partido Comunista de su provincia natal y además en Holguín. Fue Ministro de Educación Superior en el 2009 y en 2012 vicepresidente del Consejo de Ministros. Desde allí su camino político siguió ascendiendo a cargos con mayores responsabilidades hasta llevarlo a la vicepresidencia primero y desde el último jueves 19 a la presidencia del país.

La prensa de la mayoría de los países occidentales mencionaba esta elección como trascendental y definitoria en la vida de la mayor de las Antillas. Palabras como «transición», frases como «se terminó la era de los hermanos Castro», se escuchaban en casi todo los medios, reflejando más que una posibilidad real, una expresión de profundos y oscuros deseos: que el pueblo cubano «despertara», descubriera las bondades del capitalismo y empezara un borramiento político y cultural de la revolución.

Sin embargo, a pesar de problemas económicos que nadie oculta, ya lo expresó en su discurso el líder máximo de la revolución, Castro, el pueblo sigue defendiendo los derechos establecidos y logrados por el socialismo.

En momentos en los que muchos otros pueblos del mundo salen a las calles para reclamar por educación, salud, empleos, y sobre todo respeto a la de los trabajadores; en Cuba afianzan y profundizan estos pilares básicos de la revolución socialista. A pesar del bloqueo norteamericano, de las mentiras de los medios de comunicación, Cuba sigue resistiendo. Es un largo camino que empezó hace más de 60 años, cuando los «barbudos» tomaron las banderas revolucionarias y transformaron la isla, que para entonces era la capital de la mafia y la prostitución norteamericana, en Capital del socialismo y faro para las grandes luchas populares que se gestarían en latinoamericana.

Nada fue fácil ni gratuito para los cubanos: amenazas, invasiones, ataques y procesos históricos como la caída de la Unión Soviética, la cual afecto profundamente la vida de este pueblo. Sin embargo, ahí están los cubanos; entre música, poesías, huracanes, marchas y contramarchas, pero siempre «pa ‘lante».

Sera que por esto, días después de la elección de Miguel Díaz Canel, todo sigue su curso en Cuba. Hay un pueblo trabajando, estudiando, quejándose del excesivo calor, de las «guaguas llenas», o de algunas otras ineficiencias del Estado, pero con la tranquilidad absoluta de que pueden concurrir a un hospital y nadie les preguntará si tienen seguro médico o dinero para la consulta; lo mismo que sus hijos asisten a las escuelas sin que ellos tengan que preocuparse por el cupo. Se puede ir a trabajar sin el temor de encontrarse con las puertas cerradas. Esos son los derechos humanos básicos e indispensables para la vida digna que millones alrededor del mundo han perdido.

No será fácil para el nuevo Presidente. Él lleva en sus hombros la responsabilidad de la generación de la Sierra Maestra y de la que nació con el bloqueo, pero seguro cuenta con la fuerza mayor: la del pueblo que aun resiste.

Fuente: Blogs Telesur


 

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