¡Monseñor Óscar Arnulfo Romero ya es beato!

(Por Telesur)

El Salvador celebra la beatificación del respetado religioso considerado “La Voz de los sin Voz” por su defensa de los humanos.

Monseñor Óscar Arnulfo Romero fue proclamado beato, siendo el primero de Centroamérica, durante una ceremonia celebrada este sábado en la Plaza Salvador del Mundo, en la capital salvadoreña, con la presencia de miles de devotos, sacerdotes y Jefes de Estado.

“Habiendo hecho con el caso a la congregación de los santos en instrucciones de nuestra autoridad apostólica facultamos para que el venerable siervo de Dios, Monseñor Óscar Arnulfo Romero, obispo y mártir (…) en adelante se le llame beato”, rezaba la carta del Papa Francisco, leída por el Monseñor Jesús Delgado.

La lectura de la carta del Santo Pontífice fue seguida por la revelación del retrato de Monseñor Romero como beato.

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Los devotos y religiosos presentes en la Plaza Salvador del Mundo fueron sorprendidos con la aparición de una aureola en el cielo de la capital salvadoreña.

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La beatificación de Romero se concretó cuando se entregaron las reliquias, que consistían en la camisa ensangrentada que usó el día de su asesinato, flores y una palma, que significa «la victoria de los mártires», fue incensada por el cardenal Angelo Amato, el enviado del papa Francisco.

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Así fue la lectura de la carta del Papa Francisco que declaró a Monseñor Romero como beato:

El siguiente paso es la canonización

El proceso para la canonización de Monseñor Romero inició el 24 de marzo de 1990, cuando se introdujo la causa por todas las circunstancias mártires que tuvo su vida y muerte, pero la solicitud formal fue presentada el 12 de mayo de 1994. Tras concluir su fase diocesana en noviembre de 1996, un año después la aceptó la causa como válida, pero después quedó estancada y no fue hasta 2005 cuando la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que se continuase el proceso.

En 2013 el proceso realmente fue acelerado, gracias al Papa Francisco, quien este año aprobó el decreto que reconoce el «martirio» de Monseñor Romero «in odium fidei», es decir, que fue asesinado por «odio a la fe». El «martirio» es decisivo para su beatificación, porque de esta forma no es necesario reconocer un milagro. Tras este paso, se podrá continuar el proceso hacia la canonización.

Fuente: Telesur


 

 

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